✨ Y seguimos bailando…
Ya no somos las nuevas en nuestros respectivos grupos, pero aún nos siguen emocionando los festivales, los concursos, el brillo de los focos y los viajes compartidos en coche con purpurina flotando en el aire.
Y, por supuesto, nos sigue emocionando cada paso nuevo, cada canción que nos engancha, cada vez que improvisamos una coreo mientras preparamos la cena.
Ahora que lo pienso… ¡hasta el microondas ha sido testigo de más de una sesión de ensayo improvisado!
No hay cocina sin ritmo, ni pasillo sin un paso de baile.
🎒 Bailar con alergias, ¡es posible!
La alergia, por supuesto, sigue con nosotras. No se toma vacaciones, ni se pierde los concursos.
Pero ya hemos aprendido a invitarla con condiciones: vienes, pero sin molestar.
Nosotros nos encargamos de tenerlo todo bajo control. Mochila con comida segura, medicación en primera fila y muchas ganas de disfrutar.
El show debe continuar, y vaya si continúa.
🏆 El concurso en Santander
Uno de los momentos más especiales que hemos vivido fue cuando viajamos a Santander para participar en un concurso.
Llevamos ya cuatro años bailando y asistiendo a competiciones, y aunque no era la primera vez que dormíamos fuera de casa juntas, sí fue una de las más especiales por todo lo que compartimos ese fin de semana.
Ensayos, actuaciones, emoción… y también alergias.
Porque cuando se convive con alergias, no se puede bajar la guardia.
Organizamos todo con antelación: preparamos la comida, llevamos snacks seguros, avisamos al hotel y revisamos cada detalle para que todo fuera seguro.
También llevamos siempre nuestra medicación por si acaso. Gracias a esa planificación, pudimos disfrutar sin preocupaciones.
🎭 Más que baile: una aventura juntas
Además del baile, el viaje fue una aventura.
Reímos durante los trayectos, compartimos confidencias en la habitación del hotel y nos animamos mutuamente en los momentos de nervios.
Fue una experiencia completa que unió todavía más lo emocional, lo artístico y lo familiar.
💖 Nuestra conexión especial
Lo bonito es ver cómo mi hija ha hecho del baile algo suyo.
A veces la miro en el escenario y no sé si soy su madre o su fan número uno (probablemente ambas).
Ella ya no necesita mi mano para salir a bailar, pero sigue buscándome con la mirada justo antes de empezar. Y eso, sinceramente, no tiene precio.
Y cuando salgo yo a bailar, me anima con todas sus fuerzas, tanto, que me despisto y la busco girando mi cabeza.
Y, como me dice ella: «Mamá, no me mires, que los jueces bajan puntuación…».
Una locura, pero una locura maravillosa.
🎶 El ritmo de nuestra vida
Seguimos bailando, seguimos viajando, y seguimos viviendo esta aventura con alergias de fondo… pero con la música bien alta.
Porque si algo tengo claro es esto: los sueños no caducan.
Se transforman, se adaptan, a veces se maquillan con brillantina y se suben al escenario con zapatillas y ropa oversize, al estilo «urban dance», el que nos gusta.
Y ahí estamos nosotras, dándolo todo.
Con precaución, sí. Con organización, también. Pero, sobre todo, con alegría.
Que, de eso, vamos sobradas.
💬 Y tú, ¿te animas?
Así que si convives con alergias y crees que eso te frena… ponte música.
Y empieza con un paso. Luego otro.
Y verás que, con ritmo y actitud, se puede llegar muy lejos.
Spoiler: ¡la pista de baile está esperándote! Y nunca sabes en qué ciudad puedes acabar…
No olvides descargar el check list alergia cada vez que salgas de casa.
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